EL PROBLEMA

CONCEPTOS BÁSICOS:

Para entender mejor  lo que significa el Acoso sexual callejero debemos conocer  algunos conceptos básicos como el acoso, el acoso sexual callejero y el machismo. Por un lado  podemos definir el acoso según la Real Academia Española (RAE). De acuerdo con la definición que presenta, se entiende por acoso a la acción de acosar, perseguir con empeño  y ardor sin darle tregua a la persona.  Esto se puede producir en cualquier ámbito que sufra un individuo. Según un informe del gobierno federal administrado por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, existen tres tipos de acoso.

En primer lugar, existe el acoso verbal, el cual  consiste en decir o escribir palabras desagradables. En segundo lugar, se considera el acoso social, el cual es denominado, también, como acoso en relaciones, porque consiste en dañar la reputación o las relaciones de una persona. Por último, y el más grave, se menciona el acoso físico, que involucra dañar el cuerpo o las posesiones de una persona. Asimismo, cabe resaltar que los ámbitos en que se pueden realizar este problema son el transporte público, centros laborales, las calles y centros educativos.

Por otro lado, una vez que se ha esclarecido qué es acoso en general, es necesario definir qué se entiende por acoso sexual callejero. Este se define como una serie de conductas sexuales llevadas a cabo de una persona hacia otra en la vía pública, que resultan intimidantes, incómodas, invasivas y no bienvenidas por quien las recibe. Una de las  características de este problema sería el contacto físico no deseado que se produce cuando se realizan roces o tocamientos por parte de una persona desconocida. Otra característica común son los piropos o comentarios no deseados quiere decir comentarios obscenos que afectan e incomodan a la integridad de la víctima.

Finalmente, es importante conocer qué significa machismo. Podemos definirlo como una construcción cultural. Es un modo particular de concebir el rol masculino, modo que surge de la rigidez de la mayor parte de las sociedades del mundo contemporáneo, para establecer y agudizar las diferencias de género entre sus miembros.

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ANTECEDENTES:

La violencia contra la mujer en el mundo constituye una historia de rudeza, abusos y maltratos que las víctimas se han atrevido a contar. Para muchas, este se ha convertido en un impulso para seguir luchando por su libertad. En el Perú, durante la situación del conflicto armado, los sucesos peruanos  se dan cuenta de la discriminación, desigualdad y subordinación que viven las mujeres. Ya desde ese entonces, se ha experimentado una cruda realidad durante la cual los cuerpos y la sexualidad de las mujeres se han visto vulnerados y violentados.

Según  Casani J., Escribens P., Portal D. y García R. Violencia contra la mujer en el conflicto armado  durante el incanato, las mujeres estaban sujetas a ser entregadas como parte de alianzas entre grupos. “La apropiación de mujeres era una fuente de autoridad y prestigio”. Durante todo este periodo, junto a la conquista, se fue incrementando el uso de los cuerpos femeninos. Se registraron muchos casos donde las mujeres indígenas se involucraron a la prostitución o fueron forzadas a hacerlo, En muchos otros casos,  estas eran violadas. Ya no las buscaban para un matrimonio, sino sólo para satisfacer las necesidades de algunos hombres y autoridades.

En la actualidad, a pesar de que toda mujer cuente con derechos, a vivir con libertad, una voz y a luchar, se sigue denigrando y desprestigiando su valor y dignidad difundiendo que representa un género débil. Las manifestaciones de violencia contra las mujeres están presentes en nuestra historia y nuestra sociedad. Existen muchos testimonios de acoso callejero sexual que no se hacen públicos, razón por la cual esta problemática es conocida como “la violencia invisible”. Las mujeres evitan transitar por zonas como callejones o sitios oscuros, a pesar de la presencia de personal de seguridad, público o privado.El cual no necesariamente genera tranquilidad, pues también este representa un conjunto de potenciales hostigadores. El siguiente testimonio, evidencia la gravedad del problema. “Evito pasar por una calle que sea solitaria, que tenga cocheras, mecánicas, porque he visto unos muchachos, no sé si eran pandilleros, rateros o eran jóvenes que trabajaban allí. Entonces tú pasas sola y empiezan a molestarte, a decirte cosas que te incomodan y eso a mí no me gusta, y siento que cuando estás con alguien, acompañada, no te dicen nada; cuando estás sola están allí molestándote, hasta mujeres te molestan, y no, no me gusta eso…” (Olga, 31 años, Villa El Salvador).

Todas las mujeres así sean niñas, adolescentes, señoras o ancianas deben ser respetadas, no podemos dejar que ningún hombre se tome la desfachatez ni el descaro de provocar cualquier daño hacia nosotras. Del mismo modo, que tenemos una voz deberíamos de usarla y no quedarnos calladas, no hablar puede convertirse en un martirio que desestabiliza  nuestra tranquilidad.

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DATOS ESTADÍSTICOS:

Para poder comprender lo alarmante del acoso callejero sexual es necesario analizar algunos datos estadísticos.

En primer lugar, las denuncias del acoso sexual callejero en el 2013 y diciembre de 2015 fueron 1,341, según la tesis de Sonia Caballero (2018). En estos últimos años, se reportaron 700 denuncias anualmente. Este aumento se debe, en primer lugar, a que las leyes son más rigurosas. Existen disposiciones legales como la ley 30314 para prevenir y sancionar el acoso sexual en espacios públicos. Esta ley ya se implementó en 10 municipios. Otra de las razones por las que ha aumentado las denuncias es la confianza de la víctima hacia las autoridades.

En segundo lugar, según la tesis de Núñez (2016). Se revelaron los siguientes datos. El porcentaje de víctimas de acoso sexual callejero alcanzó un 50.8% a nivel nacional. Mientras que, en la encuesta realizada el 2016, por IOP, el 50.8% de las mujeres encuestadas han sido víctima de acoso sexual callejero en Lima y Callao, de las cuales un 85.5% de ellas son mujeres jóvenes entre 18 y 29 años Por último, dentro del rango de edad antes mencionado las estadísticas más relevantes son las siguientes: 69.9% fue objeto de miradas persistentes e incómodas, 48.2% le hicieron gestos vulgares, 28.9% recibió comentarios e insinuaciones de tipo sexual, y 25.3% fue blanco de roces incómodos y frotamientos en transporte público o en espacios congestionados.

Las mujeres, cuando están en las calles, aumentan  al estrés cotidiano de cuidarse de que no les roben la cartera o el celular, el acoso sexual callejero. En el Perú, 7 de cada 10 mujeres ha sufrido este  acto execrable.